martes, 21 de junio de 2011

Se intensifica el nivel de crueldad en ejecuciones

El sentido del remordimiento no aparece en este tipo de delincuentes.

Monterrey • Como nunca antes en la historia moderna del estado, 83 personas no sólo han sido asesinadas, sino que además, sus cuerpos han sido violentados de diversas maneras, siendo el mes de junio en el que los niveles de crueldad se exacerbaron.
En total, han sido desmembrados o decapitados un total de 75 víctimas, cinco han sido colgados en puentes peatonales o vehiculares, t tres más han sido calcinados luego de ser asesinados.
La saña con la que ocurren los crímenes en los que se cercena o cuelga a una víctima son producto de personas con mentes enfermas, que carecen de cualquier sentido de remordimiento o culpa, muchos de ellos, sociópatas, aseguró el especialista Omar Kawas.
Para el psiquiatra, los responsables de este tipo de acciones padecen del trastorno de conducta disocial o sociopatía, que consiste en un patrón repetitivo y persistente de comportamiento, en el que se violan los derechos básicos de los demás o las principales reglas o normas sociales apropiadas para la edad.
Dentro de este trastorno, dijo, los comportamientos característicos son agresión a la gente o los animales algunas veces desde temprana edad, o violación grave de las normas “no sienten culpa por sus acciones, son antisociales, no toleran la frustración”, explica.
Sin embargo, agregó que este comportamiento no da respuesta por sí solo al contexto en el que se han desarrollado los hechos de violencia en nuestra entidad pues “estos grados de violencia son producto de esas personalidades integradas a una sociedad también enferma”.
De acuerdo con el especialista en la sociedad se fue perdiendo también la fortaleza de las instituciones el respeto a la autoridad “y de eso somos parte todos, pues hemos contribuido a brincarnos reglas pequeñas a más grandes, etcétera”.
Otro factor que entra encaja dentro de la situación de violencia que vive el estado es el hecho de que exista un mundo moderno donde se tiene a la mano tecnología y armamento al servicio de impulsos humanos primarios, donde además de marcar territorios, también se envían mensajes.
“Pero ahora tenemos como una ley de la selva, donde cada quien tiene que imponer la ley del más fuerte defender territorios y mandar mensajes son mensajes para horrorizarnos”, manifestó.
El horror provocado, agregó, viene a aumentar el clima de tensión y parálisis social, además de provocar una parálisis económica porque la gente empieza a no salir, a no consumir y a desconfiar del otro lo que representa una forma de generar presión en las autoridades buscando un beneficio propio.
Para el caso de los criminales con más alto grado de peligrosidad, el psiquiatra aseguró que pertenecen al grupo de los sociópatas denominados vera.
Éste es el más alto grado del trastorno, en el que además de no tener remordimientos, carecen de los ideales básicos y pierden la expectativa de vida, explicó el especialista.
“No les preocupa si van a vivir 10, 15, o 20 años, no piensan en crecer o formar una familia el pensamiento es obtener lo máximo que pueda por el tiempo que pueda”, puntualizó.

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