Ciudad de México.- Involucran oficiales a sargento y coronel en la red de espías de la organización.
Los siete militares presos por presuntamente filtrar información operativa a los Beltrán Leyva en Morelos, abortaron cateos en inmuebles luego de que les fuera solicitado por los narcotraficantes, señala la acusación de la Procuraduría General de Justicia Militar.
Uno de los tenientes detenidos narró al Ministerio Público Militar que en septiembre de 2009, cuando su comandante los envió a fotografiar e investigar un inmueble en Oacalco, municipio de Yautepec, avisaron de su comisión a un integrante del clan de los Beltrán.
El delincuente verificó la información y después, tras confirmar que el domicilio efectivamente era una de las casas de seguridad de la organización, le pidió al teniente que dijera a sus superiores que la casa era del dueño de una empresa informativa, para que cancelaran el operativo.
Durante la investigación que llevó a cabo la Secretaría de la Defensa Nacional contra la red de militares que presuntamente servían como espías a los Beltrán Leyva en Morelos, se involucra a un Sargento y un Coronel, que al parecer no fueron detenidos.
El primero es un Sargento Primero conductor del Cuarto Regimiento de Artillería, a quien identifican sólo como "El Huapango", mientras que el segundo es identificado como el Coronel Jesús García García, quien era comandante del Tercer Regimiento Blindado de Reconocimiento en Cuernavaca.
"Tengo conocimiento que todo este personal que ya mencioné recibía la cantidad de mil dólares mensuales y este dinero lo empezamos a recibir desde el mes de febrero de 2008 y hasta el 14 de noviembre de 2009.
"Este dinero lo recibíamos de manos del propio Capitán Segundo Fernando Morales Sánchez", declaró el Sargento Filimón Jiménez Morales, al enlistar al Coronel García y "El Huapango" entre los supuestos implicados.
El Teniente Gilberto Rodríguez Sánchez, al comparecer el 29 de diciembre de 2009 ante la Procuraduría Militar, relató que en septiembre de ese año el Coronel García le ordenó que acompañara al Capitán Fernando Morales y al Teniente Eduardo Loza Monroy a investigar un domicilio.
Debían tomar fotografías y recabar información de un inmueble en la localidad de Oacalco. Cuando hicieron su trabajo, el primero en saber los detalles no fue su superior jerárquico, sino Alfredo "El Comando", un enlace de los Beltrán con los militares a quien le proporcionaban información.
"De regreso a la unidad y al trasladarnos por la carretera libre y a la altura de Cañón de Lobos, pude percatarme cuando el Teniente Eduardo Loza Monroy realizó una llamada con un radio Iusacell de su propiedad, escuchando cuando el citado oficial manifestó a su interlocutor... 'Comando, hay un domicilio que fuimos a ubicar en Oacalco'... dándole la dirección y características.
"Contestándole el interlocutor al que se había referido como 'Comando', 'déjame checar si es del equipo, padrino'", recordó el teniente Rodríguez.
Cuando los militares conducían por la Colonia Civac, del municipio de Jiutepec, el Teniente Eduardo Loza recibió otra llamada del "Comando", quien le avisó que el domicilio sí era de los Beltrán y le pidió que no la catearan, que mintiera a sus superiores y dijera que la casa era del dueño de un diario. Loza respondió que sí.
"Recuerdo que una vez que el teniente terminó la llamada le manifestó al Capitán Morales Sánchez: 'creo que ganamos más por evento que por pago', refiriéndose a que les daban más dinero por evitar cateos o aseguramientos que por sueldo fijo por pasar información", narró el teniente Gilberto Rodríguez.
Fuente DiariodelNarco
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