DALLAS -- Los Dallas Mavericks estaban convencidos de que Dwyane Wade había atravesado el pecho de Brian Cardinal en una carga del primer cuarto. Así que, naturalmente, pidieron la falta a gritos.
¿En retrospectiva?
Sólo digamos que el hambriento equipo local -- una vez que todos sus veteranos sin anillo superaron la furia por la falta adjudicada a Cardinal -- terminó consiguiendo mucho más que el silbato que deseaba.
Debido a esta colisión, Wade tuvo que retirarse dos veces a los vestidores para ser atendido durante lo que LeBron James había descrito abiertamente como "el juego más importante de mi vida". Gracias al daño que este enredo causó en la cadera izquierda de Wade, Dallas nunca tuvo que lidiar con el asesino de defensas quien, hasta el Juego 5, había lucido como el implacable modelo más joven que destrozó a los Mavericks en el 2006.
El viejo verdugo de los Mavs anotó 23 puntos el jueves por la noche, incluyendo un triple clave en la recta final que les dio un breve período de control, pero este D-Wade era controlable, un D-Wade que el equipo local pudo manejar, porque Dallas finalmente encontró algo más para arrojarle al Miami Heat que Dirk Nowitzki.
El juego más importante en la vida de LeBron James no le perteneció a LeBron --ni de cerca-- y este D-Wade no pudo rescatar a su compañero. Puede que a los Mavericks les haya llevado toda la noche, pero finalmente aprovecharon las limitaciones de Wade y el cuarto segmento final consecutivo decepcionante de James en la serie para capturar una victoria por 112-103 con múltiples héroes para Dallas esta vez.
Con un Wade comprometido y un triple-doble engañoso de James, Miami no logró contrarrestar el tan esperado estallido ofensivo de los Mavs. El Heat no pudo superar los 13 triples que estuvieron a uno de batir un record de las Finales, otros cuatro anotadores con dos cifras además de los 29 puntos de Nowitzki, ni la imagen de Jason Terry (ocho de sus 21 puntos en los últimos 3:23) dando un paso al frente para liberar a Dirk de su pesada carga en tiempo de descuento.
Es así que el Heat vuelve cojeando a casa y rezando que su cerrador no haya sufrido un daño permanente en su encuentro con Cardinal, ya que James no parece capaz de llenar el vacío. Después de tantas promesas de redimirse de su miseria de ocho puntos en el Juego 4, LeBron lució como un tirador sin fe alguna en sus lanzamientos en varios de sus tiros en salto y terminó con apenas dos puntos en el período final del Juego 5.
"Es un jugador realmente único", dijo el entrenador de Dallas, Rick Carlisle, sobre Cardinal, quien jugó apenas nueve minutos y 37 segundos pero se dio la oportunidad de ser recordado -- aunque esa no fuera su intención cuando entró en posición de carga -- como el primer Mav que ha logrado detener (o al menos ralentizar) a Wade.
"Siempre va a estar ahí haciendo cargas", continuó Carlisle. "Siempre va a estar haciendo contacto. Va a estar ahí".
Hace dos partidos, Cardinal ni siquiera estaba en la rotación de Carlisle. Ahora se ha convertido en un jugador clave desde que Carlisle respondió a la victoria de Miami en el Juego 3 moviendo a J.J. Barea a la alineación titular (en el lugar de DeShawn Stevenson) y dejándole saber a Peja Stojakovic que Cardinal empezaría a recibir los pocos minutos disponibles durante los descansos de Nowitzki.
Todo ha cambiado durante el transcurso de una semana. Barea apoyó a Terry con 17 tantos, igualando los cuatro triples de Mario Chalmers para el Heat. Jason Kidd aportó 13 puntos, incluyendo un triple más importante que el de Wade en la recta final, tras haber terminado seco el martes por la noche. Cardinal, mientras tanto, dejó una tan buena impresión con su enfoque aguerrido en los 9:37 minutos que jugó que Stojakovic, en su cumpleaños No. 34, se encontraba en el banco de los Mavs repartiendo una de las felicitaciones más sentidas por el esfuerzo.
"Lució como un juego de los Mavericks", dijo el centro Tyson Chandler, refiriéndose no sólo a los 112 puntos del marcador sino a la remontada de Dallas en los últimos 4:37 minutos.
Dijo Carlisle: "La persistencia es nuestro juego. Somos un equipo de la vieja escuela. No somos ambiciosos. ...Nuestro juego está cerca del suelo. Tenemos que jugar con cerebro y agallas".
Nowitzki recuerda lo molesto que puede resultar Cardinal cuando está del otro lado. A Dirk le gusta contar la historia de cómo una vez le dijo a Cardinal mientras se alineaban para un tiro libre cuando Cardinal aún estaba en Minnesota: "¿Cómo es que sigues estando en esta liga?"
Desde entonces se han hecho tan amigos que Cardinal suele cenar con Nowitzki cuando están de gira. "Uno de mis compañeros favoritos de todos los tiempos", dijo Dirk a principios de esta semana.
El Heat tendrá que reagruparse rápido para conseguir las dos victorias que necesita para remontar por primera vez en los playoffs... y evitar el campeonato de Dallas que significaría abundancia de redención para hombres como Nowitzki, Kidd, Terry y un Mark Cuban fantasmagóricamente silencioso. El problema de Miami es que los Mavs, en estas dos victorias, se han convertido en un E-Q-U-I-P-O nuevamente, pareciéndose más al grupo que barrió a Los Angeles Lakers y aleccionó a Oklahoma City con diversas dosis de ayuda para complementar los dos meses más calientes de la carrera de Nowitzki.
"Siempre dijimos: Cuando [Terry] juega bien, son muy difíciles de vencer", dijo James, cuyos 17 puntos, 10 rebotes y 10 asistencias no alcanzaron para enmascarar sus fallas -- ni los dos triples que Terry metió por encima de él -- después del triple y la actitud de Wade que pusieron a Miami 99-95 arriba.
Dijo el alero del Heat, Chris Bosh, señalando una de las claves de la estrategia de Miami después de ver a Dallas anotar 15 de los últimos 18 puntos de la noche: "No pueden tener a [otros] hombres además de Dirk teniendo un buen juego".
El hambreado conjunto local lastimó al Heat con su variedad en el último partido de la campaña en Big D. Un ejemplo: Terry, Nowitzki y Barea conectaron intentos fortuitos desde la línea de triples --Terry más de una vez-- para compensar de sobra otro acierto de Chalmers al sonar la campana del primer cuarto.
Y en cuanto a la gravedad de la lesión de Wade para el domingo, el entrenador del Heat, Erik Spoelstra, dijo: "Es demasiado pronto [para saber]. Tendremos que ver cómo responde mañana. Cuando está sudando y en caliente, está bien. Afortunadamente, tenemos un día extra. Ya veremos si es suficiente".
Además de insistir que Spoelstra, James y el resto del Heat no tendrán nada de qué preocuparse en el Juego 6, Wade tenía más para compartir sobre los Mavs que su cojera.
"Obviamente son un equipo difícil de marcar", dijo Wade. "Son el mejor conjunto ofensivo del deporte".
Una victoria más y, al menos en lo que respecta al 2010-11, Dallas podrá borrar la palabraofensivo de esa oración.
No hay comentarios:
Publicar un comentario