En 2010 se rompió el récord en cuanto a emisión de gases de efecto invernadero en el planeta: 30.6 gigatoneladas, la más alta en la historia.
El récord anterior era 5% más bajo, en 2008, que fue de 29.3 Gt; en 2009 el registro de generación de dióxido de carbono fue menor debido a la crisis financiera global.
Los anteriores son datos de la Agencia Internacional de Energía, la cual indica que las emisiones previstas para 2020 sobrepasan ya el 80%. En otras palabras: se reducen las esperanzas de limitar a dos grados el calentamiento global.
Para escapar de los efectos más perjudiciales en caso de no lograrse esta meta, las emisiones anuales derivadas de la generación de energía no deberían ser mayores a 32 Gt para 2020, pero si las emisiones de 2011 aumentan, ese límite se superaría nueve años antes de lo previsto, y sería muy difícil mantener el calentamiento global en un grado manejable.
El doctor Fatih Birol, economista jefe de la AIE, advierte en un artículo en la revista World Energy Outlook, que los gobiernos deben tomar decisiones audaces y decisivas, de lo contrario no podrá cumplirse el objetivo de evitar un aumento de las temperaturas mayor a 2 oC, acordado en las conversaciones de la ONU sobre cambio climático realizadas el año pasado en Cancún, México.
De continuar la tendencia actual, habría 50% de probabilidades de un aumento de la temperatura promedio de más de 4 oC para 2100, señala por su parte el profesor Nicholas Stern, de la London School Economics, al diario británico The Guardian.
El 44% de las emisiones de CO2 en 2010 derivaron del carbón, 36% del petróleo, y 20% del gas natural.
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